La psoriasis es una enfermedad cutánea inflamatoria crónica que cursa a brotes. Puede afectar en etapas iniciales de la adultez o más tardíamente a los 50 a 60 años de edad.
La causa de la psoriasis es poco conocida. Se cree que es una enfermedad de etiología multifactorial que afecta individuos con una predisposición genética y se desencadena o agudiza como consecuencia de diferentes factores ambientales.
Genética
Se sabe que es más frecuente en familiares de pacientes afectados con psoriasis
Infecciones
Las bacterias (estreptococos), son los patógenos más implicados y se vinculan a la psoriasis guttata (“gotas”, lesiones con las características mencionadas arriba, pero más pequeñas)
Estrés
El estrés empeora la enfermedad y en algunos casos incluso desencadena la enfermedad.
Medicación
Algunos medicamentos producen un efecto negativo sobre la psoriasis. Los corticoides por vía oral pueden dar “rebote” de la enfermedad
Las lesiones suelen ser «placas» claramente delimitadas, de color rosa o rojizas, sobre las cuales se aprecian escamas gruesas plateadas. Se ubican sobre todo en codos, rodillas, nuca y región lumbosacra.
Además, la psoriasis puede afectar las uñas, las articulaciones y el cuero cabelludo.
Los tratamientos según la gravedad de la enfermedad pueden ser tópicos o sistémicos. Los principales tratamientos tópicos incluyen hidratantes, queratolíticos y corticoides. Aunque los corticoides tópicos son eficaces en todas las etapas, no deben utilizarse continuadamente durante periodos prolongados y a menudo es conveniente reservarlos para los brotes (exacerbaciones).
Por otro lado, se ha visto que los estilos de vida saludables (no alcohol ni tabaco, dieta y ejercicios) ayudan en la remisión de los brotes, por lo que es recomendable practicarlos.
En formas localizadas de psoriasis también es factible el uso de laser excimer en varias sesiones para el manejo de la enfermedad.